VIENA (Reuters) - Destacados cardiólogos pidieron el
domingo que se practiquen pruebas cardiacas a todos los atletas de competición
para identificar a aquellos que tengan problemas de corazón, a raíz de una
reciente serie de casos de repentinas muertes de futbolistas.
Domenico
Corrado, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Padua, sostuvo que la
experiencia en Italia, el único país donde el control es obligatorio, demostró
que los controles eran eficientes en costos y podían reducir de forma drástica
el riesgo que los jóvenes mueran en el terreno de juego.
La actividad
deportiva intensa puede matar a jóvenes aparentemente en forma si padecen
problemas congénitos, de corazón o de diferentes tipos
"No es el deporte en sí mismo lo que causa este incremento en la mortalidad. Más bien, (la actividad física) funciona como desencadenante de las arritmias ventriculares en aquellos atletas que sufren de enfermedades cardiovasculares latentes," dijo Corrado.
El órgano que rige el mundo del fútbol, la
FIFA, manifestó la semana pasada que estaba dispuesta a considerar aumentar sus
programas de control médico para cubrir todos los torneos internacionales, tras
la muerte del centrocampista del Sevilla e internacional con la selección
española Antonio Puerta, de 22 años.
Un día después de la muerte, ocurrida
la semana pasada, el delantero de Zambia Chaswe Nsofwa falleció como
consecuencia de un colapso durante una sesión de entrenamiento con su equipo de
la Segunda División israelí, el Hapoel Beer Sheva.
En Inglaterra, un
jugador de 16 años de la Tercera División polaca murió el mes pasado tras sufrir
un colapso similar mientras entrenaba.
No hay estadísticas mundiales sobre
el número de fallos cardiacos repentinos entre futbolistas, aunque para el
deporte en general se estima en 1.000 el número anual de muertes por este tipo
de casos.
Corrado presentó datos del congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología que muestran que la tasa de muertes por fallos cardiacos repentinos en la región de Veneto ha disminuido en un 89 por ciento, situándose en 0,4 casos por cada 100.000 atletas desde que se impusieron los controles obligatorios en 1981.
El sistema de control italiano incluye una prueba de electrocardiograma, así como la revisión del historial sanitario familiar, y tiene un costo total estimado entre los 50 y los 60 euros (68 a 82 dólares) por deportista
Las pruebas deben ser más completas, con analíticas y estudios adecuados a cada deporte.
Además de tener una periodicidad obligatoria.
Publicado por: Francho | 09/03/2007 en 12:12 p.m.