Vivimos en una época donde tenemos poco tiempo
para dedicarlo plenamente a nuestros hijos, donde el masaje es una
técnica que nos ayudará a que ese poco tiempo sea de calidad y se nutra
de amor y seguridad, porque el masaje infantil crea vínculos de unión y
hará que nuestros hijos sean más seguros de adultos.
El masaje infantil forma parte de algunas tradiciones que
históricamente se transmiten de padres a hijos, como en la India, donde
la madre da masajes a todos los miembros de la familia y transmite la
técnica a sus hijas.
Leyendo un texto de Leboyer entendí más a mis hijos. Traducción de la lectura de Leboyer:
Quien no se ha preguntado nunca cual es el origen de la vida? Hay alguien que no se haya preguntado, Que es?
Preguntas demasiado ambiciosas y sin respuesta. Pero aquel que se pregunta más modestamente, Donde empieza la vida? y ¿Cuando?.
¿ Se le ocurre una respuesta inmediata, tan siempre como evidente.
"LA VIDA EMPIEZA EN ELMOMENTO DE NACER". Y se queda tranquilo.
¿Evidente?, la vida empieza en el momento de nacer. ¿De verdad?. Y en
el vientre...¿no es un ser vivo cuando el niño esta en el vientre de la
madre?, ¿verdad que se mueve?. Claro que se mueve, pero los hay que
dicen que no es mas que una actividad refleja.
¿Actividad refleja?.
Hoy se sabe que mucho antes de haber visto la luz del día, el niño
ve la claridad, y oye. Y que desde su oscuro escondrijo está a la
espera del mundo.
También, se sabe que pasa del sueño a la vigilia, y que hasta
sueña. Es decir, que hacer empezar la vida en el momento de nacer es
una gran equivocación Entonces, ¿qué es lo que empieza cuando el niño
viene al mundo? ¿qué es sino es la vida? Eso que empieza es el miedo.
El MIEDO compañero secreto, discreto como la sombra y, como ella, fiel,
obstinada. El MIEDO que no nos dejará hasta la tumba donde fielmente
nos habrá acompañado".
El texto de Leboyer me hizo entender el sentimiento que un recién
nacido puede experimentar al nacer. ¿Acaso no tenemos miedo nosotros a
lo desconocido?, ¿y cuando tenemos que enfrentarnos a una situación
nueva no sentimos una cierta intranquilidad, un cierto miedo? Pues
imaginaros a una personita que ha estado nueve meses en un lugar
maravilloso, en un constante movimiento donde era mecido, alimentado,
calentado, donde el latido del corazón y la resaca de la respiración de
la madre, era un arrullo constante.
.
De repente tras un gran esfuerzo para nacer siente sus primeras
sensaciones, que son de dolor, frío y soledad, fuera de su cobijo, en
una cuna, con miles de sensaciones nuevas para él, que son como
monstruos y es así como Leboyer define a las sensaciones del mundo
exterior.
De pronto siente hambre, frío, calor, soledad, su aparato
respiratorio y digestivo empiezan a funcionar, sus primeros gases,
cólicos, todo aquello que no conocía, esas nuevas sensaciones que le
acompañaran día a día. Menos mal que esta mamá y papá, le ayudarán a
pasar esos miedos.
Debemos alimentar a nuestro bebe, pero no sólo con leche, sino
también, a través del CONTACTO, del calor de nuestro cuerpo, del latido
de nuestro corazón. Debemos darle lo más parecido a su pasado, porque
esa sensación le dará seguridad, ya que el contacto y el no sentirse
solo es muy importante en los primeros meses de vida. Por ello, debemos
masajearlo, ya que un masaje le ayudará a superar el miedo y la
angustia que han supuesto el paso de un mundo interior a un mundo
exterior.
El tacto es el primer sentido, sin ese sentido no podemos vivir, es
tan importante como las vitaminas, las proteínas, las sales minerales y
el aire que respiramos, porque los bebés han de sentirse queridos,
recibir abrazos y caricias y que mejor caricia que un masaje de su mamá
y su papá, esos seres a los que durante su gestación oía sus voces y
sentía su calor.
El masaje no sólo beneficia a nuestros hijos, sino también nos
beneficia como padres, por el vínculo afectivo que se crea. Esto nos
ayuda si durante todo el crecimiento de nuestros hijos continuamos
dándoles masaje, ya que ese tiempo se lo dedicamos con exclusividad a
ellos y es un momento donde la comunicación es total, porque nuestros
sentidos están en ello.
Como anécdota, os contaré lo que sucedió en una de mis clases. Uno
de los padres que asistía para aprender a dar masaje a su bebe, tenía
un hijo mayor de unos ocho años, este hijo era muy reservado y más aún
cuando supo que su mamá estaba embarazada. Cuando los padres lo
recogían de la escuela siempre le preguntaban: ¿qué tal el día de hoy?;
y él siempre contestaba igual, bien, y nada más, no contaba casi nada
de lo sucedido en la escuela.
Cuando los padres empezaron a aprender el masaje, les aconsejé, que
empezaran por el hijo mayor, dándole en los pies, para evitar los celos
y que al hijo mayor le dieran la oportunidad de participar con el
masaje al bebé. Al cabo de dos semanas, los padres nos comentaron en
clase, que una tarde que la madre daba masaje en los pies al hijo mayor
en el sofá del salón, de repente, el niño empezó a contarle que se
había peleado con un amigo de clase porque le había quitado una canica
en el patio y que su profesora le había felicitado por el trabajo de
plástica. Los padres se sorprendieron, porque hasta ese día el niño no
contaba nada.
El masaje nos permite estar más en contacto con nuestros hijos y
hace que el tiempo que les dedicamos sea de calidad, creando vínculos
más fuertes entre padres e hijos.
El masaje es un arte y como en todo arte hay unas técnicas,
destrezas y sensibilidades que se deben aprender y nosotros los padres,
somos seguramente los que mejor podemos dar ese precioso masaje a
nuestros hijos, pues como padres pondremos todo nuestro amor.
Rafi Tur (Baleares). Naturópata – Osteópata
Educadora del masaje infantil. Socia nº 795.
Cofenat.es
CADA DIA SE APRENDE MAS Y MEJOR EN ESTE BLOG, ESPERO IMPACIENTE MAS ARTICULOS Y COMENTARIOS DE OTROS PROFESIONALES DEL SECTOR, ASI NOS ENRIQUECEMOS TODOS.
Publicado por: ALEJANDRO | 10/06/2007 en 09:18 a.m.