El síndrome y la enfermedad de Raynaud son,
ambos, un trastorno circulatorio. Durante un episodio, los vasos
sanguíneos se contraen y hacen que el flujo de sangre arterial en dedos
y, a veces, en nariz, orejas y labios sea severamente reducido. Los dos
trastornos, además, comparten causa desencadenante: las bajas
temperaturas o el estrés emocional. Aunque los vasos sanguíneos ya se
contraen normalmente bajo estas circunstancias, las afecciones de
Raynaud son una respuesta anormal y exagerada que provoca dolor
intenso.
Aproximadamente el 5% de la población española sufre afección de
Raynaud, un trastorno circulatorio que afecta sobre todo a mujeres de
entre 20 y 40 años
Enfermedad o síndrome
La enfermedad, llamada también fenómeno de Raynaud (FR) primario y de
carácter benigno, se diferencia del síndrome o FR secundario que suele
estar relacionado u originado por una gran variedad de trastornos.
Algunas enfermedades que pueden cursar con el síndrome son lupus
eritematoso sistémico, artritis reumatoide, hipertensión pulmonar,
enfermedad de Buerger, mieloma múltiple, arteriosclerosis obliterante,
intoxicaciones por medicamentos de uso habitual (betabloqueantes,
ergotamina, metisergida, estrógenos, quimioterapia) o metales pesados
como el plomo, por monóxido de carbono, arsénico e, incluso
traumatismos (exposición a herramientas vibratorias, descargas
eléctricas), entre otros.
El inicio de la enfermedad se sitúa entre los 15 y los 25 años. Si
empieza a partir de los 40 años aumenta la probabilidad de que sea la
forma secundaria, que además puede ir acompañada de artritis, cambios
en la estructura y textura de la piel con erupciones cutáneas, pérdida
de peso o sensación de ahogo puntual.
Síntomas para el síndrome
Descrito en 1862 por Maurice Raynaud, el síndrome discurre por
tres fases bien diferenciadas. La fase blanca recibe este nombre porque
la falta de riego sanguíneo, secundario a la vasoconstricción de
arterias y arteriolas más distales, provoca que los dedos queden
despojados de su coloración habitual. Además, se acompaña de frialdad
distal y sensación de hormigueo. En la fase azul los dedos muestran una
coloración azulada, cianosis, por la falta del oxígeno que poco a poco
va perdiendo la exigua sangre estancada en esta zona.
Finalmente, en la fase roja, la zona experimenta la llegada de gran
cantidad de sangre, con eritema secundario. Los dedos, que se tornan de
un rojo intenso, presentan una súbita elevación de temperatura
acompañada de un dolor abrasador. El episodio dura aproximadamente
entre 15 y 45 minutos. Los expertos recomiendan que frente a los
síntomas descritos se consulte con el especialista, ya que si éstos
evolucionan pueden presentar problemas añadidos como adelgazamiento de
la piel, aparición de úlceras e, incluso, necrosis del tejido.
Tratamiento
Pese a que se trata de un trastorno que no tiene cura, no son pocos los
estudios a la búsqueda del fármaco más óptimo y con mejores resultados.
Aunque no hay ningún medicamento específicamente aprobado por la Food
and Drug Administration estadounidense (FDA), el fármaco más estudiado
y el de primera elección es el nifedipino, antagonista del calcio, en
su forma retardada, ya que consigue disminuir la frecuencia y severidad
de los síntomas.
En diversas revisiones realizadas por la Biblioteca Cochrane se
pone de manifiesto la dificultad de encontrar el fármaco 'estrella'.
Analizada la administración de ketanserina, antihipertensivo
antagonista de los receptores de serotonina, frente a un placebo, los
revisores señalan que no tiene diferencias significativas excepto más
efectos secundarios, por lo que no estaría recomendado su uso en el FR
secundario a la esclerodermia. Sin embargo, hay expertos que lo
recomiendan para disminuir el edema de las extremidades superiores y
reducir la aparición de úlceras.
A pesar de las investigaciones realizadas hasta el momento con
otros fármacos como la prazosina, «modestamente eficaz», o el losartán,
los expertos señalan que el tratamiento dependerá de la severidad de
los síntomas. En la mayoría de los casos bastará con tomar las medidas
higiénicas necesarias que actúen como prevención para disminuir la
intensidad de los síntomas: evitar el frío, las sustancias
vasoconstrictoras como la nicotina y, dentro de lo posible, el estrés.
También hay ensayos con plasmaféresis, extracción de sangre en la que
sólo se retira el plasma, aunque su mecanismo de acción todavía no está
bien definido.
MEDIDAS PREVENTIVAS
Frente un fenómeno de Raynaud (FR), los expertos recomiendan
resguardarse del aire frío y abrigarse. Calentarse las manos y pies,
mover los dedos para mantener la circulación y remojarlos con agua
tibia, son algunas de las acciones que se deben seguir. Las bolsas de
agua caliente porque puede dañar la piel, por lo que no son
aconsejables. Los especialistas sugieren abandonar el hábito tabáquico
ya que la nicotina es una sustancia altamente vasoconstrictora y está
demostrado que aumenta la frecuencia de aparición de episodios de
Raynaud. También, en la medida de lo posible, indican evitar estrés
emocional o reducirlo mediante técnicas de relajación.
Para limitar los episodios de FR existen unas recomendaciones
básicas entre las que se encuentran ir siempre abrigado en época
invernal, llevar capas de ropa holgada, usar gorro o sombrero para
evitar la pérdida de calor por el cuero cabelludo, cubrir cara y orejas
con una bufanda, usar calcetines gruesos y manoplas (mejor que
guantes), incluso mientras se duerme, evitar a toda costa el contacto
con agua fría y mantener una temperatura agradable en el hogar.
También el cuidado de la piel juega un papel fundamental para
evitar que ésta pierda su integridad y se formen úlceras. Mantener una
buena hidratación, usar jabón suave y cremoso para la higiene, con un
buen aclarado y un secado meticuloso sin frotar y mantener las uñas
bien cortadas, es esencial.
DIAGNÓSTICO
La capilaroscopía de uña, estudio microscópico del tejido capilar en el
lecho ungueal, y la determinación en sangre de PAA, prueba antinuclear
de anticuerpos, o el índice de eritrocitos sedimentados, ESR, ayudarán
a determinar si existe FR. En algunos pacientes, la presencia de
espasmos en los vasos sanguíneos pueden confirmarse mediante un test de
provocación de frío. Después de una inmersión de las manos en agua a
15º C durante 20 segundos, se registra la temperatura cada cinco
minutos hasta que alcancen la temperatura previa al baño. En
condiciones normales, los dedos recuperan la temperatura pasados 15
minutos después de la exposición al agua fría.
Fuente: Revista consumer.es
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