La pertusis, también conocida como "tos convulsa", es una infección del sistema respiratorio provocada por la bacteria Bordetella pertusis (o B. pertusis). Se caracteriza por accesos severos de tos que terminan en un sonido "ululante" cuando la persona inhala.
Antes de que se descubriera una vacuna, morían anualmente entre 5.000 y 10.000 personas por tos convulsa en los Estados Unidos. Actualmente, la vacuna contra la tos convulsa ha reducido la cifra de muertes anuales a menos de 30.
Si bien la tos convulsa puede
presentarse a cualquier edad, es más severa en niños y lactantes de
menos de un año que no han sido inmunizados (la inmunización temprana
puede prevenir esta grave enfermedad en bebés). Aproximadamente el 40%
de todas las infecciones con pertusis se da en niños de menos de un año
y sólo el 15% ocurre en niños mayores de 15 años. La mitad de las
muertes por tos convulsa se dan en lactantes de menos de un año y las
complicaciones graves son más comunes en este grupo. La incidencia de la tos convulsa entre adolescentes y adultos ha ido
en aumento en los últimos años. Éste es un hecho importante, porque los
adolescentes y adultos con tos que pueden no darse cuenta de que tienen
tos convulsa son actualmente la principal fuente de infección para
lactantes y niños. Signos y síntomas Los primeros síntomas de tos convulsa son similares a los de un resfriado común: • secreciones en la nariz • estornudos • tos leve • leve fiebre Aproximadamente después de 1 a 2 semanas, la tos seca e irritante se
transforma en accesos de tos. Durante un acceso de tos, que puede durar
más de un minuto, el niño puede ponerse rojo o morado. Al finalizar el
acceso de tos, el niño quizás haga un ruido característico al inhalar o
vomite. Entre cada acceso, el niño suele sentirse bien. Si bien es probable que los bebés y niños pequeños infectados con B.
pertusis desarrollen los episodios de tos característicos con el sonido
que los acompaña, no todos ellos lo harán. Sin embargo, en ocasiones,
los bebés no tosen ni emiten un sonido ululante como los niños más
grandes. Puede parecer que les falta el aire y tener la cara enrojecida
y pueden llegar a dejar de respirar por unos segundos durante accesos
de tos particularmente severos. Los adultos y adolescentes con tos convulsa pueden presentar
síntomas más leves o atípicos, tales como una tos prolongada sin los
accesos de tos o el sonido ululante. Contagio: La tos convulsa o pertusis es altamente contagiosa. La clave Vacunarse La pertusis se puede prevenir con la vacuna contra la tos convulsa,
que forma parte de la inmunización DTaP (difteria, tétanos, pertusis
acelular). Las vacunas contra DTaP se aplican como rutina en cinco dosis antes del sexto cumpleaños del niño. Como en el caso de todos los programas de inmunización, existen
importantes excepciones y circunstancias especiales. El médico de su
niño contará con la información más actualizada. La bacteria pasa de persona a persona a través de diminutas gotas de fluido de la nariz o la boca de una persona infectada. Éstas pueden ser transportadas por el aire cuando la persona estornuda, tose o se ríe. Otras personas pueden infectarse al inhalar las gotas o si las gotas
entran en contacto con sus manos y después se tocan la boca o la nariz.
Las personas infectadas contagian más durante las primeras etapas de
la enfermedad, hasta aproximadamente 2 semanas después de que comienza
la tos. Los antibióticos reducen el período de contagio a 5 días
después del inicio del tratamiento con antibióticos. Los expertos consideran que hasta el 80% de los miembros de familias
no inmunizadas desarrollarán tos convulsa si viven en la misma casa que
una persona que presenta la infección. Por este motivo, cualquier persona que entre en contacto con otra
que tenga tos convulsa debe recibir antibióticos para evitar la
propagación de la enfermedad. Los niños pequeños que no recibieron las cinco dosis de la vacuna
pueden necesitar una dosis de refuerzo si están expuestos a un familiar
infectado. Incubación Por lo general, el período de incubación (el tiempo que pasa desde
el momento de la infección hasta la aparición de los síntomas) para la
tos convulsa es de 7 a 10 días, pero puede ser de hasta 21 días. La tos convulsa puede provocar síntomas prolongados. Inicialmente, el niño suele presentar los síntomas de un resfriado común durante 1 ó 2 semanas. Este lapso es seguido por aproximadamente 2 a 4 semanas de tos
fuerte aunque, en algunos casos, los accesos de tos pueden durar más. La última etapa consta de otras cuantas semanas de recuperación con
la desaparición gradual de los síntomas. En algunos niños, el período
de recuperación puede extenderse por meses. Algunos niños con tos convulsa deben ser tratados en un hospital. Los bebés y niños pequeños tienen mayores probabilidades de ser
hospitalizados, porque presentan un mayor riesgo de complicaciones como
neumonía (se presenta en aproximadamente uno de cada cinco niños de
menos de un año con tos convulsa). Hasta el 75% de los lactantes de
menos de 6 meses de edad con tos convulsa recibirán tratamiento en un
hospital. Los bebés y niños pequeños tienen más probabilidades de
requerir internación, porque el riesgo de que desarrollen
complicaciones como la neumonía, infecciones en los oídos,
deshidratación, y convulsiones es mayor. En lactantes de menos de 6
meses, la tos convulsa puede llegar a poner en riesgo la vida. Si cree que su hijo tiene tos convulsa, debe consultar a un médico. El médico realizará el diagnóstico después de armar una historia clínica y realizar un examen físico completo. Quizá tome muestras de mucosidad de la nariz y la garganta de su hijo para determinar si presenta una infección con pertusis. Estas muestras se envían a un laboratorio, donde se examinan y se
realiza un cultivo en busca de la bacteria B. pertusis. También se
pueden realizar un análisis de sangre y una radiografía de tórax. Si su hijo tiene tos convulsa, recibirá tratamiento con antibióticos, generalmente durante 2 semanas. Muchos expertos consideran que la medicación es más eficaz para
acortar la tos convulsa cuando se administra en la primera etapa de la
enfermedad, antes de que comiencen los accesos de tos. Pero los
antibióticos son muy importantes, aun cuando se los comience a
administrar más tarde, porque pueden detener la propagación de la
infección con pertusis a otras personas. Pregúntele al médico de su
hijo si los demás miembros de la familia deben tomar antibióticos en
forma preventiva o si deben recibir refuerzos de vacunas. Durante la hospitalización, un niño puede necesitar que le aspiren las secreciones respiratorias espesas. Se controla la respiración del niño y es posible que necesite oxígeno. El niño puede necesitar fluidos intravenosos si presenta señales de deshidratación y tiene dificultad para comer. Además, el niño será aislado de otros pacientes y se tomarán
precauciones especiales a fin de evitar que la infección pase a otras
personas, incluyendo el personal del hospital y las visitas Si su hijo está recibiendo tratamiento para la tos convulsa en el
hogar, respete los horarios de los antibióticos tal como el médico los
indicó. De esta forma garantizará buenos resultados.
MUY INTERESANTE Y BUENA LA INFORMACION, GRACIAS POR MANTENERNOS INFORMADOS
BUEN BLOG
Publicado por: Isabel | 02/28/2008 en 09:46 a.m.