El ajo es un poderoso descongestivo de las vías respiratorias y también estimulante, dado que sus aceites esenciales se eliminan por los pulmones. Es un gran combatiente de resfríos, gripes y sobretodo la arteriosclerosis. Perfecciona la circulación de la sangre, disminuye la presión arterial y además es antiartrítico y antiparásito. Entre sus contenidos figuran proteínas, calcio, fósforo, hierro, potasio, metabolizantes y calorías. No tiene colesterol, pero sí vitaminas B y C.
Por si todas estas propiedades fueran pocas, los últimos estudios e investigaciones realizadas verifican que el ajo disminuye a la mitad los riesgos de contraer cáncer de colon y estómago. Esta es su característica principal ya que sus bulbos tienen como componente principal una gran cantidad de alicina totalmente pura. Esta importante sustancia se ocupa de eliminar bacterias y demás agentes que agreden permanentemente a nuestro organismo.
El ajo de forma cruda es especial para aromatizar mayonesas, vinagretas y aceites. Se complementa muy bien con todas las carnes, salsa, pescados, verduras, pastas y panes. Su olor es quizás su mayor defecto al momento de ingerirse en grandes porciones. Este aroma se transforma y se debilita con la cocción. La leche es perfecta para neutralizar el intenso sabor del ajo. Para ello bastará quitarles el germen que es la zona más fuerte y sumergir los dientes de ajo en un recipiente con un poco de leche tibia y dejarlos allí por unos minutos.
Cada una de las
cabezas de ajo dispone de 10 a 15 bulbos o dientes cubiertos con una
fina piel que puede ser de color violeta, rosada, blanca o casi
transparente. Los ajos más fuertes son los de color blanco. Al
denominado «ajo macho», que es el de dientes más grandes, habitualmente
se le adjudican bondades mágicas. Para lograr que queden bien tiernos,
tendremos que hervirlos en leche y agua por cantidades iguales por unos
diez minutos. Luego los podemos salar y dorarlos con un poco de
manteca. Quedarán listos para acompañar cualquier tipo de preparaciones
blogdealimentos.
Comentarios