La piel sensible sufre mucho con la llegada del otoño.
El frío, el calor seco de las calefacciones y los cambios bruscos de temperatura provocan la vasodilatación de los capilares, causando irritaciones y cuperosis. Para hacer frente a ello, además de usar protección solar a diario y cremas con agentes calmantes como el aloe vera o la caléndula, es imprescindible evitar los alimentos picantes, especiados o excesivamente calientes, la sal, el alcohol y el tabaco. Además, te ayudará mucho incluir alimentos que contengan vitamina C y del grupo B3, es decir, cítricos, frutos secos y alimentos integrales.
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