Lo padecen millones de mujeres trabajadoras de todo el planeta. Su causa principal es, sin lugar a dudas, el estrés que genera el ritmo frenético al que viven; tienen las agendas repletas de citas y reuniones sin apenas poder tener espacios en blanco para dedicárselos a ellas mismas o a un poco de ocio con amigos.
Además de todas las horas de trabajo que han de hacer para progresar en su carrera, deben luchar porque su vida familiar no interfiera en la laboral. Al salir de la oficina, tienen que llevar las riendas de su familia y llevar la casa perfectamente. Entre sus características de personalidad más notorias se encuentran cambios de humor constantes; en un momento están felices como a los dos minutos les molesta cualquier pequeña cosa sin sentido alguno; en cuanto a su estado físico tienen mucha fatiga y se sienten cansadas constantemente, tienen sensación de tener el cuerpo agotado permanentemente sin hacer ningún tipo de deporte.
Cabe destacar que es posible que en casos más extremos pueden sufrir de ansiedad, que desemboca en un aumento de peso y, al mismo tiempo, en una pérdida del apetito sexual casi completa.
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