En invierno se sale poco de casa, apetece estar en la butaca, o en la cama bien abrigado... pero existe el peligro de una inmovilidad excesiva. Las articulaciones y los músculos que no trabajan se endurecen, se atrofian y pueden conducirte a una torpeza progresiva y en algunos casos a la invalidez.
- No renuncies a pasear: Abrígate bien y sigue con tus paseos. Si el tiempo te lo impide, camina por dentro de casa. Pon el reloj y cronometra el tiempo.
- Sigue moviendo el cuerpo: Realiza actividades de la vida doméstica en las que sea preciso la utilización de los miembros superiores e inferiores: arreglo de armarios, limpieza de cristales, de estanterías, lámparas, trabajos de carpintería o pintura. Haz sencillos ejercicios de gimnasia para el cuello, los brazos, espalda, caderas...
- No te aisles: El mal tiempo invita a quedarse en casa y con ello puedes llegar a encontrarte solo, prescindiendo del contacto con otras personas y perdiendo la insustituible fuente de salud que supone la compañía. Manten visitas con la familia y los amigos. Escribe cartas de felicitación. Haz llamadas telefónicas. Cultiva la amistad. Llámales, escríbeles y reúnete con ellos. Organiza reuniones semanales alternantes en domicilios de amigos o amigas.
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