El dolor de rodillas es un importante problema de salud, el 30% de las personas mayores de 65 años tienen dolor de rodilla en su mayoría por artrosis. Existen factores en la aparición del dolor que no son modificables, como la edad y la genética, pero existe un factor muy importante que si es modificable que es el sobrepeso. Múltiples estudios científicos reportan la asociación del exceso de peso con el dolor de rodilla y la artrosis de las mismas.
Las personas que tienen un sobrepeso de un 20% tienen de 7-10 veces más riesgo de padecer dolo de rodilla. Por lo tanto la pérdida de peso puede evitar esta dolencia y prevenir futuras enfermedades como la artrosis, y evidentemente si ya existe dolor o artrosis se pueden mejorar los síntomas.
Hay dos mecanismos distintos que explican muy bien el
papel del sobrepeso en el dolor de rodillas, uno es evidente, no es lo
mismo para una rodilla soportar 75 kilos que 100 kilos, el desgaste del
cartílago y el sufrimiento de los ligamentos tiene que ser mayor en el
segundo caso.
El otro es menos visible: Los pacientes con exceso de peso tienen en su sangre niveles hormonales alterados que aceleran el desgaste del cartílago y hacen menos elásticos los ligamentos. De hecho, no solamente aumenta el riesgo de desgaste en las rodillas sino también en las manos y codos, que son articulaciones que no soportan peso.
Si el dolor articular ya está instalado, la pérdida de peso por sí sola, no va a quitar el dolor completamente, será necesario hacer una buena rehabilitación de las rodillas y musculatura para solucionar la dolencia. Y aunque no desaparezca del todo, definitivamente si lo va a disminuir
El ejercicio físico es fundamental para la correcta evolución de las rodillas por dos razones. El primero porque se pierde peso al gastar más calorías. Lo segundo es que el movimiento previene la destrucción del cartílago articular y mejora la nutrición del mismo así como fortalece los ligamentos y músculos que protegen la rodilla. Sin embargo el ejercicio debe ser controlado por un profesional y preferiblemente de bajo impacto, eso quiere decir que las rodillas no tienen que sufrir durante el ejercicio.
Lo difícil en estos casos como no es la pérdida de peso en sí. Hay que aceptar que la obesidad es una enfermedad crónica, no tiene cura sino tratamiento. Lo más aceptable es ponerse en manos de un profesional y aceptar que es un camino largo pero beneficioso.
Alejandro Cuervo
Director Cetecma
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