La Osteopatía está especialmente indicada para los niño. Al ser en estos años, desde el nacimiento hasta la pubertad, donde la evolución y el crecimiento es aún un hecho y donde numerosas estructuras están en formación y consolidación. Esta es la mejor etapa en donde la Osteopatía puede aportar ventajas definitivas.
Los niños tienen un gran potencial de adaptación y corrección. Estos son aprovechados por el Osteópata, para incidir de forma muy suave, sutil, nada agresiva y con un profundo respeto hacia la naturaleza innata del niño.
La Osteopatía puede ayudar al niño en numerosas patologías.
Es habitual y comprensible encontrar a padres inquietos ante la idea de llevar a un terapeuta a su hijo recién nacido. Esto ocurre hasta que se conoce la manera tan sutil de actuar en una sesión de este tipo, en la que las manos del osteópata “escuchan” las distintas partes del cuerpo del niño, haciendo las correcciones oportunas con suavidad. Además se pide la colaboración y participación de los padres, apoyando con su presencia.
Alejandro Cuervo
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