El Kawasaki. Esta enfermedad fue descrita por primera vez en la literatura japonesa en 1967 y en la literatura inglesa en 1974.
El nombre de Kawasaki es en honor al científico y pediatra japonés Tamisaki Kawasaki, quien la describió en una serie de 50 casos.
Este padecimiento se caracteriza por fiebre que dura aproximadamente una semana y se acompaña de dolor en las articulaciones.
Los pacientes tienen tmbién congestión en las conjuntivas de los ojos, labios rojos y secos, enrojecimiento de las manos, plantas de los pies, ganglios palpables en el cuello del paciente y de aneurisma de las arterias coronarias en un 15 a 25% de los casos.
La vasculitis, inflamación de las paredes de las arterias coronarias, es la complicación más grave de la enfermedad.
En la fase inicial en un 80% hay inflamación del corazón, soplos e inflamación del pericardio. En muerte súbita de niños, los hallazgos de la autopsia fueron aneurisma coronario y trombosis.
La enfermedad se presenta con fiebre en niños menores de 5 años, sobre todo antes de los 2 años, pero también puede darse en adolescentes y adultos jóvenes. Al final hay una descamación de la piel. La mayor incidencia de esta entidad está en Japón, donde hay aproximadamente 150 casos por cada 100,000 niños.
En Estados Unidos se diagnóstica anualmente 4,000 niños, pero su incidencia es menor que en los países asiáticos, 10-15 por cada 100,000.
En el electrocardiograma se puede apreciar arritmias, bajo voltaje, cambios en el segmento ST-T y con el ecocardiograma bidimensional se ven los aneurimas de las arterias coronarias que generalmente están localizados en la parte proximal de dichas arterias.
Derrame pericárdico, crecimiento del corazón, insuficiencias valvulares y disfunción del ventrículo izquierdo también se pueden observar igualmente en este estudio.
Un estudio
El doctor Soichiro Kitamura del Centro Nacional Cardiovascular de Osaka, Japón, informó el resultado a largo plazo de 114 niños que fueron operados del corazón. Las edades fueron entre 1 y 19 años de edad. En el bypass se usó la arteria torácica interna en 111 niños. No hubo mortalidad postoperatoria. En el seguimiento durante 25 años sólo murieron cinco pacientes relacionado al corazón.
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