La rabia, enfermedad bastante grave que ha cobrado miles de vidas humanas, se encuentra difundida en todo el planeta y ataca a los mamíferos domésticos y salvajes, incluyendo al hombre.
Se encuentra en la saliva y en las secreciones de los animales
infectados (generalmente perros y gatos) y contagia al humano cuando
éstos lo atacan y provocan en él alguna lesión por mordedura.
Además,
el virus puede ser transmitido al ser humano cuando un individuo, que
tiene algúna herida en la piel (vía de entrada del virus), tiene
contacto con las secreciones salivales del animal infectado.
De
acuerdo con el veterinario Pedro Pérez, del Centro Nacional
Antirrábico, en el humano, el primer síntoma es fiebre muy alta
acompañada de mega migraña (se siente que la cabeza va a estallar) y
depresión nerviosa.
Luego, la víctima comienza a mostrarse
inquieta y agitada, sufre espasmos dolorosos en la laringe y comienza a
respirar y a tragar con dificultad.
Los espasmos se extienden
después a los músculos del tronco y de las extremidades, en forma
intermitente y acompañados de temblores generalizados, taquicardia y
detención de la respiración hasta llegar a la muerte.
El experto
dice que el hombre se torna hidrófobo (sufre espasmos violentos cuando
ve o trata de beber agua) y también sufre de fotofobia o resistencia la
luz.
Frecuentemente experimenta ataques de terror y de
depresión nerviosa, presentando tendencia a la vociferación, los
alaridos y la agresividad, con accesos de furia, alucinaciones visuales
y auditivas, babas y la presencia de delirio.
Ese período de
extrema excitación dura cerca de tres días, y enseguida le sigue la
etapa de parálisis, más rápida y menos común en los humanos que en los
animales.
Es entonces cuando se observa parálisis fláccida del
rostro, de la lengua, de los músculos de la deglución, de los oculares,
y de las extremidades.
Más tarde, la perturbación puede extenderse a todo el cuerpo hasta llegar inevitablemente a la muerte.
La
enfermedad, a veces, puede manifestar una evolución diferente: surge
como parálisis progresiva de las extremidades y luego se generaliza.
El
especialista dice que si la rabia no se trata con la máxima urgencia,
antes de que se presenten los síntomas, acaba provocando la muerte del
enfermo.
Tratamiento inmediato
Es recomendable lavar con agua y jabón, cuidadosamente y sin raspar,
la herida, luego de haber sido atacado y acudir de inmediato a un
centro hospitalario para recibir atención especializada.
Tal
atención en general consiste en la aplicación de la vacuna
posexposición en los dos días siguientes a la mordedura. Las medidas de
prevención en humanos comprenden el tratamiento profiláctico pre o
posexposición como las de intervención sobre los huéspedes del virus de
la rabia.
Con una mascota en casa
Actuar de forma segura con los animales, incluso con sumascota,
puede ayudar a reducir el riesgo de mordeduras. Algunas pautas para
evitar que esto suceda son las siguientes:
No trate de separar a los animales que se estén peleando”.
Deje a los animales tranquilos cuando están comiendo”.
Sujete a las mascotas con una correa si están en público”.
No se aproxime a animales salvajes de ningún tipo y nunca duerma con sus animales”.
Vacune siempre a su mascota”.
elcaribe.com.do
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